¡Buenas, buenas, entusiastas de la computación!
Me llamo Emilio Franceschini y me dicen Emo. Tengo 30 años y vivo en Montevideo, Uruguay.
Soy extremadamente inquieto y curioso, no pienso linealmente, ni me llevo bien con excesos de burocracia, imposiciones absurdas y deadlines estrictos.
A nivel código me manejo principalmente con Javascript y Typescript, y últimamente ando enamorado de Rust. Mis habilidades abarcan todo el proceso de desarrollo de software: desde el inicio, con especificación y diseño, hasta el monitoreo y troubleshooting de aplicaciones desplegadas en producción.
El desarrollo front-end es mi casa y el diseño UI/UX mi hobby principal, pero estuve los últimos años profundizando mis habilidades full-stack, entendiendo mejor del back-end para sistemas distribuidos, infraestructura y Dev-Ops. He trabajado con distintas metodologías ágiles y frameworks de desarrollo.
Mis variadas experiencias, desde enseñar matemáticas hasta atención al cliente y live-streaming, me han moldeado en alguien que disfruta aprendiendo, enseñando y asistiendo. El buen trato con el compañero es prioridad número 0.
Levanté mi primera página en 2007 con un amigo para que nuestra clase del liceo pudiera compartir información, como un juego al que no pude parar de jugar, y acá estamos. Debido a mi historia, me gusta pensar en IT como un estilo de vida, más similar a una maratón que a una carrera de velocidad.
No me considero un ingeniero de software tanto como me considero un artista que expresa su humanidad mediante el desarrollo de software. No estoy acá ni por el dinero, ni para crear productos que rindan. Estoy acá para crear, por crear en sí mismo. Lo hice gratis por años, y lo seguiré haciendo así por el resto de mis días. Poder trabajar en la industria es un hermoso upside.
Actualmente me encuentro plasmando dicha filosofía, o forma de vivir el desarrollo de software, en el Proyecto Viviana, el proyecto más ambicioso y pretencioso que tuve en mi vida.